Los niños que tartamudean lo hacen por muchas razones que varían de un niño a otro, e incluso muchas veces siguen tartamudeando a pesar de que éstas dejen de afectarle. Entre los factores de riesgo que debemos considerar tenemos:
- En la mayoría de los casos, los niños que tartamudean tienen algún familiar que también lo hace. Es decir, el factor hereditario es considerado de suma importancia.
- Los niños que empiezan a tartamudear antes de cumplir los 3 años y medio tienen mejor pronóstico que los demás niños.
- Si el niño ha estado tartamudeando por más de 6 meses, le costará más trabajo superarlo por sí mismo y va a requerir ayuda especializada.
- Las niñas que tartamudean se recuperan más fácilmente que los niños.
- Los niños que han presentado dificultades de habla y lenguaje tienen mayor riesgo de desarrollar tartamudez.
- Muchas veces la tensión y la ansiedad agravan la tartamudez en los niños.
Además, la frecuencia y la severidad de la tartamudez varían según las circunstancias. Algunas veces, el niño hablará con mayor facilidad cuando canta o se habla a sí mismo. Incluso, la tartamudez puede desaparecer por períodos largos y regresar con mayor intensidad.
Muchos padres sin querer empeoran la tartamudez de sus hijos cuando les dicen: “habla despacio”, “respira hondo”, “relájate”, o cuando no les dejan terminar sus oraciones. Esta situación se empeora si se acompaña de actitudes duras o de castigo.
En lugar de esto, debemos aprender a:
- Hacer más lenta nuestra forma de hablar, emplear oraciones más simples y cortas apropiadas para la edad de los niños.
- Dejarle a nuestros niños que puedan completar por sí mismos sus pensamientos, darles tiempo para que puedan organizar sus ideas. No ponerles más presión, cortándoles lo que nos quieren decir.
- Escuchar a los niños, darle más importancia a lo que nos quieren contar.
- Hablar con los niños de manera horizontal, no sólo para dar información, poner reglas, sino también debemos conversar sobre temas importantes para ellos.
- Poner atención al lenguaje corporal que nos brindará información extra sobre lo que nos quiere transmitir o expresar.
Estos son algunos ejemplos de cómo podríamos ayudar a nuestros hijos con tartamudez. Lo más importante es pasar más tiempo con ellos, hablándoles y demostrándoles interés en sus intereses. Asimismo, si su hijo tartamudea debe buscar la ayuda de un especialista que lo orientará y brindará estrategias de intervención adecuadas.
Escrito por:
Sumny Jara Flores
Lic. en Educación Especial con Especialidad en Disturbios de la Comunicación
Mg. Fonoaudiología y Problemas de Aprendizaje
Actualmente, Sumny es Terapista de Lenguaje y Aprendizaje en el Centro de Desarrollo Humano Zueh