Cuando nos ponemos a pensar sobre la perdida de algún ser querido, como adultos podríamos sentir tristeza, miedo y desconsuelo. Para ello podríamos buscar distintos canales de ayuda, como conversar con familiares, amigos y profesionales de la salud mental para poder sobre llevar el tema.
Ahora bien, pensemos en nuestros hijos y en cómo afrontan esta situación tan dolorosa como es la pérdida de un ser querido.
Los niños que pasan por la pérdida pueden mostrarse: aislados, tristes, con cambios en su conducta (no obedece, está más irritable o agresivo, pega), no desea comer, baja su rendimiento escolar, etc.
Estos indicadores son señales de que nuestros hijos necesitan apoyo para poder atravesar este proceso de duelo. Proceso que según Kübler Ross (1926 – 2004) consta de cinco etapas por las que pasan casi todas las personas ante la pérdida inminente de un ser querido.
Estas etapas nos ayudan aprender a aceptar el cambio. Por tanto puede considerarse como un mecanismo de aprendizaje. Sirve también para darle significado a los sentimientos, percepciones y pensamientos que se están viviendo. Este modelo es una guía de referencia que ayudará a tener una mejor transición durante el proceso de la pérdida del ser querido.
1.- Negación: es la etapa de las preguntas, ¿es verdad? ¿Por qué paso esto? ¿Ya no está aquí? Se define como la sensación de incredulidad, nos negamos a aceptar que está sucediendo pareciera un sueño del que queremos despertar.
2.- Ira: esta etapa es únicamente emocional, aquí es donde se busca culpar de la perdida a algún factor externo; y de esta forma, poder de alguna manera entender la perdida. A veces en los niños esta etapa se muestra con cambios en la conducta, como se mencionó anteriormente: desobediencia, irritabilidad, agresividad, etc.
3.-Negociación:en este momento las preguntas que aparecen son ¿lo hubiéramos hecho de otra manera? ¿Por qué no lo intentamos? ¡El ser querido estuviera aquí si se hubiera intentando algo más! Es la etapa que lleva a pensar qué más se hubiera podido hacer antes de la perdida. En el caso de los niños evidencian esta etapa con la fantasía de tener a sus seres queridos todavía presentes (amigo imaginario, mantiene vivo al ser querido durante el juego, etc.).
4.- Depresión: es una sensación actual de vacío y tristeza profunda cuando la pérdida se hace evidente y ves que no se puede negar ni eludir. Todo ese sentimiento invade el día a día y no le ve solución posible. En esta etapa los niños logran conectarse con la emoción de tristeza y viven la pérdida.
5.- Aceptación: es la última etapa y es donde ya llegada la calma se acepta la pérdida con un poco más de razón, se concluye que el ser querido ya partió y es momento de continuar con nuestra vida. En esta etapa, se espera que los niños logren, con el apoyo del adulto o especialista, comprender la pérdida, y considerarla que es parte de la vida y de todo ser humano.
Todas las fases se viven, pero no siempre de la misma forma o con la misma intensidad ni en el mismo orden. Por ello, es necesario reconocerlas para ayudar a nuestros hijos cuando están atravesando por estas etapas. Si sientes que necesitas ayuda para poder acompañar a tus hijos en este proceso busca a un especialista para poder conocer las herramientas necesarias y poder lograr un duelo sano.
Fuente:
Kübler-Ross, E. (1969). On death and dying. New York: The Macmillan Company.
Escrito por:
Lic. Jazzmín Álvarez
Terapeuta Sistémico
Actualmente, Jazzmín es Psicóloga y psicoterapeuta en el Centro de Desarrollo Humano Zueh