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Hablemos de sexo con nuestros hijos

La sexualidad nos acompaña desde el nacimiento y tiene un papel esencial en el proceso de desarrollo de las personas y, por tanto es fundamental en la educación de nuestros hijos, tanto en la infancia como en la adolescencia.

Nuestros hijos crecen y se preguntan sobre los cambios y sensaciones que experimenta su cuerpo, los sentimientos hacia otras personas y las diferentes formas de expresión de la sexualidad.

¿Quién debe responder a esas preguntas? Los expertos coinciden en que los padres son las personas indicadas para proporcionar la educación sexual básica que ayude a sus hijos a entender la sexualidad de una manera positiva, saludable y responsable.

¿De qué y cuándo hablar con nuestros hijos sobre sexualidad?

• A partir de los tres años, el niño es consciente de las diferencias entre hombres y mujeres y comienza a hacer preguntas al respecto. Contesta sus preguntas de forma sencilla y clara.

• A partir de los 8 años, suelen preguntarnos acerca de la reproducción y los cambios en la pubertad. Es importante responder con naturalidad. Puedes ayudarte de algún libro o dibujo.

• Esa etapa culmina en torno a los 11 años, cuando son conscientes de los cambios que experimenta su cuerpo. Ayúdalos a gestionar y a discernir entre lo que es verdad y lo que no. Es una buena edad para explicarles en qué consiste la sexualidad, siempre ligada al afecto, los sentimientos, las sensaciones, al amor. No olvides hablar del embarazo.

Para una buena comunicación con tus hijos necesitas:

  • Muéstrate accesible a sus preguntas

Las primeras preguntas que te formulen son muy importantes. De nuestra manera de responder puede depender su actitud en el futuro. Si respondemos con naturalidad abriremos la vía a nuevas preguntas y por tanto, se reforzará el grado de confianza. También puedes sacar tú mismo el tema, dándoles así permiso para hablar y estimulándoles a que ellos hagan lo mismo.

  • Responde con sinceridad

Llama a las cosas por su nombre y hazlo en un lenguaje claro y entendible. Adáptalo a la edad y la madurez de tu hijo.

  • Con humor

Un buen consejo es no dejar de lado el humor cuando hables con tus hijos sobre el tema. El humor puede servir para relajar la tensión si hay incomodidad.

  • Infórmate

Para refrescar tus conocimientos, busca ayuda especializada: Doctores, Maestros, Psicólogos, Enfermaras, etc. que te puedan brindar la información precisa para tus hijos, considerando su edad y etapa de desarrollo.

  • Enséñales a enfrentarse a la ¨presión” del entorno

Mostrarnos comprensivos y busquemos intercambiar impresiones con nuestros hijos sobre las presiones a las que se van sometidos, es la mejor manera de completar la información que reciben de otras fuentes, y de permitirles tomar sus propias decisiones de forma razonada, superando la presión del entorno.

Esta presión crea muchos sentimientos contradictorios en los adolescentes. Piensan que su pareja y la mayoría de los amigos de su círculo ya han tenido relaciones sexuales, cuando en muchas ocasiones no es así, o que dar ese paso ya los convierte en adultos, cuando en realidad esperar a estar emocionalmente preparados es la verdadera prueba de madurez.

Escrito por:

Lic. Jazzmín Álvarez

Especialista en Neuropedagogía y Terapeuta Sistémica

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