El otro día conversando con una mamá, me comentó que su hija estaba cansada porque ayer se había dormido tarde. Los papás habían tenido una reunión y como no habían visto a su hija en todo el día, decidieron llevarla consigo. Entiendo a estos papis, quieren compartir tiempo con su bebé ya que, por lo corrido del día a día, no tienen otro momento para estar con ella, pero es importante conocer las consecuencias que estos detalles, aunque parezcan mínimos, pueden traer consecuencia en el desarrollo de nuestros pequeños.
Durante los primeros 6 años de vida, los niños están atentos a todo lo que sucede a su alrededor para poder aprender. Su cerebro es como una esponja que está absorbiendo todo lo que sucede, sin discriminar entre todos estos estímulos.
Todo lo que encuentran en su entorno es totalmente nuevo para ellos, y todo lo van ingresando a su cabeza para ir aprendiendo y descubriendo, pero lamentablemente todavía no poseen la capacidad total de organizarlo ni clasificarlo. Es ahí donde los padres y su entorno físico desempeñan un rol importante. La organización que le pueda ofrecer el espacio y los adultos lo ayudarán a ordenarse por dentro.
Una gran forma de ayudarlos a ordenarse es brindarles un horario con sus rutinas fijas. Que ellos sepan que antes de dormir, primero tendrán que cenar, luego tendrán que lavarse los dientes, para después ponerse el pijama, acostarse en su cama, en donde mamá le leerá un cuento para ya poder dormir. Así mismo, es muy importante que ellos duerman entre 10 y 12 horas de sueño, pero este debe empezar temprano, es recomendable que los niños a las 8:00 pm ya estén durmiendo, hay que saber respetar sus horas de sueño, pues hacen parte de su desarrollo.
Si desde pequeños les damos horarios a los bebés, de grandes les será más sencillo ordenarse para cumplir sus deberes. Asimismo, una vez que organizamos la rutina para nuestros niños, estos horarios deben cumplirse de manera estricta, porque si la variamos constantemente, se tornará contraproducente. Hacer sus horarios no es muy complicado, basta con coger sus actividades diarias y explicarle que debe hacer antes de eso y que viene después e ir recordándoselo, incluso se puede dejar alguna ayuda visual para que lo logre memorizar y motivarlo a que lo cumpla.
Tener horarios y rutinas ayudarán para poder lograr un mejor desarrollo de los niños. Desde pequeños aprenderán a mantener un orden, seguir una secuencia, vivirán dentro de una estructura que la irán transponiendo a sus actividades conforme vayan creciendo.
Anabelén Lopez Orchard
Int. En Psicología Educativa y Desarrollo Humano
Centro de Desarrollo Humano Zueh