Cuando nace un niño, rápidamente todos empiezan a buscar el parecido con los padres, si tiene el mismo color de cabello, forma de los ojos, gestos. Esta búsqueda de similitudes continúa a lo largo de toda la vida: “tiene el genio de su padre”, “indecisa como la madre”, “es un genio en las matemáticas, como su abuela”, “será abogado como el padrino”. De una manera u otra, ya vamos definiéndolo, aun cuando ni él mismo sabe que es lo que le gusta, qué quiere ser, o en qué sobresale.
Cada persona es única y especial, por más cliché que esto suene, pero es importante recalcarlo y recordarlo cada cierto tiempo. Esas expresiones que se mencionan arriba, tienen como trasfondo: “no eres alguien más, eres mitad tu papá, mitad tu mamá”. Los padres, sin darse cuenta, ven a sus hijos como una foto de ellos mismos, un reflejo fiel en donde ellos pueden vivir a través de sus hijos.
Puede que tenga muchas similitudes con nosotros, pero eso no lo hace una continuación de nosotros mismos, son simplemente rasgos físicos o emocionales, pero son solo algunas piezas del gran rompecabezas que es él.
Cuando forzamos a que sean lo más similares a nosotros, no le damos la oportunidad de que él mismo descubra quien es, que desea, que fortalezas posee, que le disgusta. Finalmente, cuando el niño actúa según sus parámetros, dejando de lado sus deseos, termina frustrándose, lo mismo pasa con el padre que no ve que el hijo sea tan perfecto como él lo idealizaba.
Hay que respetar la individualidad de cada niño, sentarnos a escucharlo, conocerlo, saber sus intereses, sus hobbies, qué le gustaría conocer, aprender, ayudarlo a descubrir y a descubrirse. No tratemos de cumplir nuestros sueños rotos en ellos, dejemos que sean ellos quienes idealicen sus propios sueños y acompañémoslos en ese proceso. Tu hijo debe saber que lo vas a apoyar, acompañándolo en lo que sea que él se proponga, que podrá ser lo que quiera ser, aun cuando eso no guarde relación con lo que tu esperabas o habías imaginado para él. No debes ser el que planee su vida, sino aquel que lo aconseje y le enseñe para que sea capaz de tomar las mejores decisiones.
Anabelén Lopez Orchard
Int. En Psicología Educativa y Desarrollo Humano
Centro de Desarrollo Humano Zueh