Al año son más de 70 mil parejas las que se unen en matrimonio, sin embargo, las estadísticas nos dicen que en el Perú 1 de cada 5 parejas terminan divorciándose. Así como el matrimonio, el divorcio es una decisión muy seria que no se debe tomar a la ligera. Es importante, como en toda decisión, pensarlo muy bien, conversarlo y de ser posible, buscar ayuda con un especialista.
Hay ocasiones, aunque parezca difícil, en la cual se torna la solución más sana, pues es mejor que los niños vean que sus papás no están juntos pero se llevan bien, a tenerlos en casa con discusiones diarias. En todo caso, es importante saber que este es un proceso duro, tanto para la pareja que finaliza su compromiso, como para los hijos; por lo que se recomienda tener un acompañamiento profesional para que este proceso sea lo más llevadero y saludable para la familia.
La separación produce un alto impacto emocional en los hijos, aun cuando éstos son pequeños y juzgamos que no entienden lo que suceda a su alrededor. El ser humano requiere de un mayor apoyo de sus progenitores durante más tiempo que cualquier otra especie. Los niños son conscientes de esa dependencia y presenciar la ruptura de ese hogar que les brinda el apoyo y la seguridad que requieren, trae consigo consecuencias que los padres deberían tener la prioridad de atender.
Recalcamos aquí que el divorcio disuelve el vínculo conyugal, más no el parental, separarte de tu pareja no significa que también te separas de tus hijos ni de tus responsabilidades como padre o madre. Es por eso que dejamos algunos consejos importantes y útiles para poder servir de apoyo en caso hayas o estés pasando por un proceso de separación:
Evitar inventar historias que “papá se está yendo de viaje”, “mamá está un poco cansada y se va a ir unos días de paseo”, pues esto sólo incrementará la ansiedad y desconfianza del niño
Evitar que ellos presencien o participen de los conflictos de la pareja. No hay que instigarlos a que tomen partido por alguno de los progenitores
Hazle saber que ambos padres lo querrán igual, que esta separación no disminuirá el afecto que le tienen, él no tiene la culpa de que se estén separando, la responsabilidad es de papá y mamá.
Mantener opiniones positivas del otro cónyuge. No es recomendable, ni saludable, que el hijo escuche que uno de sus padres se expresa mal del otro. Los niños asumen esos comentarios como personales y suelen sentirse culpables de la separación.
Respeta la rutina que ya tenían tus hijos antes del divorcio. Entorno, amigos, horarios, colegios, relaciones interpersonales.
Tu hijo necesita tanto de papá como de mamá. Independiente de lo mal que te sientas, nadie puede darle a tu hijo lo que necesita, sólo sus padres. Para él, eres único e irremplazable
Recuerda que tu sigues siendo un ejemplo para tu hijo, ellos seguirán aprendiendo de tu comportamiento, no descuides tu obligación como padre de educar y enseñar.
Es importante que los niños entiendan con claridad lo que está sucediendo; papá y mamá ya no pueden vivir juntos, es importante buscar ayuda profesional para que la información que se les vaya a brindar sea la más apropiada y acorde para su edad.
Escrito por:
Anabelén Lopez Orchard
Int. Psicología Educativa y Desarrollo Humano