El sueño es esencial para la salud y el desarrollo de los niños. El sueño promueve el sentirse alerta, tener buena memoria y atención. Los niños que duermen lo suficiente se desarrollan mejor y son menos propensos a problemas de irritabilidad. Por eso es importante que los padres ayuden a sus niños a desarrollar buenos hábitos de dormir desde una edad temprana.
Antes de irse a dormir:
- Una merienda liviana
- Ducharse
- Ponerse la ropa de dormir
- Cepillarse los dientes
- Leer un cuento
- Una habitación silenciosa y de temperatura agradable
- Poner el niño en la cama
- Despedirse y marcharse de la habitación.
Sugerencias para la hora de dormir
- Tener una hora fija para irse a la cama todas las noches. Hacer que la hora de acostarse sea una experiencia positiva y relajante
sin televisión ni juegos de video. Mirar televisión antes de irse a la cama puede interferir con la habilidad para dormirse y mantenerse dormido.
- Reservar las actividades relajantes, y no estimulantes, favoritas de su niño para que ocurran en su habitación (usar música relajante).
- Mantener el ambiente (luz y temperatura) constante durante la noche.
Haga que su niño establezca asociaciones positivas hacia el sueño. La ayuda de los padres no debe ser necesaria para que el niño se duerma. Un niño que se duerme por sí mismo podrá volver a dormirse con más facilidad si se despierta durante la noche. El despertarse algunas veces durante la noche es normal.
- Su presencia en la habitación del niño cada vez que éste se despierto intensifica la necesidad de su presencia para que el niño vuelva a dormirse. Hasta los bebés que se cargan al hombro cada vez que se despiertan aprenden rápidamente a no volver a dormirse por sí mismos. Claro que hay ocasiones cuando la asistencia y el cuidado no deben negarse.
Escrito por:
Jazzmin Álvarez Guillén
Lic. Psicología clínica
Actualmente, Jazzmin es Psicóloga y psicoterapeuta en el Centro de Desarrollo Humano Zueh.