Como padres nos hemos preguntado muchas veces: ¿Por qué mi pequeño no nos obedece si estamos educándolos de manera correcta? Puede que no tengan una mala crianza y su hijo este padeciendo del tan llamado “Desorden de Integración Sensorial”
¿Qué es el desorden de integración sensorial?
Todos los días a nuestro cuerpo entran un millón de mensajes que son captados a través de nuestros sentidos. Estos nos ayudan a poder dar una respuesta, por ejemplo: saber si la comida esta fría o caliente, o si me tapan los ojos se dónde están mis manos y mis piernas. Sin embargo algunas veces este procesamiento de información suele distorsionarse porque algunos de nuestro sentidos no lleva el mensaje de manera correcta y es ahí cuando podemos decir que la persona está padeciendo del desorden de integración sensorial.
Los sentidos que suelen afectarse en el desorden son los siguientes:
- Auditivo
- Visual
- Táctil
- Olfativo
- Gustativo
- Vestibular
- Propioceptivo
Estos dos últimos no son tan conocidos por los padres pero hacen referencia a lo siguiente:
Vestibular: Nos permite tener equilibrio y coordinación motora.
Propioceptivo: Nos ayuda a conocer donde está ubicada cada parte de nuestro cuerpo a pesar de que no podamos verla.
¿Cómo son los niños que padecen Desorden de Integración Sensorial?
- Son irritables, difíciles, agresivos o explotan en llanto sin razón.
- Son lentos, muy tranquilos o todo el tiempo necesitan estar moviéndose.
- Les molesta percibir ciertos sonidos, estímulos visuales, texturas, olores o movimientos.
- Les desagrada las etiquetas de la ropa, taparse con una sábana o comer algún alimento.
- Tienen un ritmo de aprendizaje lento a diferencia de los niños de su edad. Se confunden al escribir en su cuaderno, copiar de la pizarra o recortar.
- Tienen dificultades en el razonamiento lógico, en la secuencia o en la planificación motriz. También en las tareas matemáticas y en la memorización de conceptos.
- No les gusta trepar, saltar, colgarse o columpiarse.
Los niños que padecen este desorden suelen confundirse con niños “problemas”, “hiperactivos” o “malcriados”.
Es importante decir que todos tenemos algún tipo de desagrado sensorial. Como por ejemplo que nos moleste el olor de algún perfume pero cuando afecta nuestra vida cotidiana es importante tratarlo inmediatamente.
Pero ojo para todo hay solución, a tu hijo lo puede tratar un profesional encargado de terapia ocupacional, él cual se va encargar de mejorar su sensibilidad, coordinación y disminuir sus molestias. Esto ayudará a mejorar notablemente su comportamiento y aprendizaje.
Por último es recomendable que nosotros como padres estemos alerta en el desarrollo sensorial de nuestros hijos durante los cinco primeros años de vida, ya que este desorden puede manifestarse con mayor frecuencia en esa etapa. Cabe señalar que esta probado que la intervención temprana ayuda sustancialmente a mejorar el desarrollo sensorial de los niños.
Lic. Eimy Valderrama Barahona
Licenciada en Psicología y Terapeuta Ocupacional
Centro de Desarrollo Humano Zueh