Las funciones ejecutivas son un conjunto de procesos que nos permiten organizarnos mentalmente, autorregularnos y autocontrolarnos.
Por ejemplo: cuando nos molestamos, las funciones ejecutivas nos ayudan a evitar dañar a otras personas a pesar de estar muy molestos, ya que nuestro cerebro se organiza y planifica para una acción más adaptativa al entorno.
Las funciones ejecutivas son las funciones cognitivas más avanzadas, ubicadas principalmente en los lóbulos frontales, que permiten a un individuo diversas funciones como:
- Inhibición: es la capacidad de detener la propia conducta en el momento apropiado, incluyendo las acciones y los pensamientos. La otra cara de la inhibición es la impulsividad.
- Flexibilidad: es la capacidad de moverse libremente de una situación a otra y pensar con flexibilidad para responder de manera apropiada a la situación. Por ejemplo: el poder elegir alguna actividad lúdica propuesta por otra persona que no sea necesariamente de mi total agrado.
- Control emocional y autorregulación: es la capacidad de regular las respuestas emocionales llevándonos a pensar antes de actuar y considerando lo que sentimos.
- Iniciación: es la capacidad de comenzar una tarea o actividad y generar ideas, respuestas o estrategias de resolución de problemas de forma independiente, y asumir responsabilidades.
- Memoria de trabajo: es la capacidad de mantener la información en la mente con el propósito de completar una tarea.
- Planificación /Organización: es la capacidad de organizar las demandas de tareas actuales y futuras.
- Organización de materiales: es la capacidad de priorizar y organizar en diversas actividades como el trabajo, el juego y los espacios de almacenamiento.
- Autocontrol: capacidad de controlar nuestras acciones para responder de manera adecuada antes situaciones de la vida cotidiana, respetando las reglas y normas sociales.
- Comunicación: es la capacidad de comunicar necesidades de manera asertiva dentro de nuestro entorno.
- Responsabilidad: es la capacidad de asumir la responsabilidad sobre las acciones realizadas con sus consecuencias respectivas.
¿Cómo evaluamos y tratamos las disfunciones ejecutivas (dificultad o alteración en una función)?
La evaluación neuropsicológica se usa para evaluar cada una de las funciones mencionadas anteriormente.
Luego usamos técnicas basadas en la evidencia para mejorar los déficits a través del aprendizaje experimental. Existen estudios que demuestran que, a través de una evaluación y tutoría adecuadas, los clientes pueden desarrollar habilidades ejecutivas en su día a día. Podemos ayudar a los clientes a través del desarrollo neuropsicológico, superando el refuerzo negativo y mejorando su capacidad para funcionar de manera efectiva y eficiente en la sociedad.
Cuando hay déficits de funciones ejecutivas, el 90% del tiempo también puede haber problemas de motivación, depresión, ansiedad o alguna otra fuerza incapacitante, como un problema de aprendizaje o déficit de atención. Por lo tanto, creemos que la intervención neuropsicológica y la psicoterapia en estos casos van de la mano.
Si bien teóricamente no es posible mejorar el intelecto, es posible evaluar y desarrollar habilidades de funcionamiento ejecutivo. La mejora de las habilidades de funcionamiento ejecutivo se correlaciona constantemente con un mayor éxito académico y profesional, la reducción de los síntomas negativos (ansiedad y depresión) y el aumento de la autoestima y la confianza.
Escrito por:
Lic. Mario Wong
Neuropsicólogo.