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¿Sabías que podemos moldear nuestro cerebro?

La neuroplasticidad cerebral o más conocida como plasticidad cerebral es la forma en la que nuestro sistema nervioso cambia a partir de su interacción con el entorno, es decir es la capacidad que posee para modificarse con el aprendizaje que nos brinde el exterior.

Esta depende de dos factores principales: La edad y la Experiencia

  • La Edad: Si bien se da a lo largo toda de la vida, es en nuestros primeros 12 años de vida en donde podemos apreciar la máxima capacidad para moldear nuestro cerebro. Esto se da cuando se van realizando los aprendizajes claves para poder adaptarnos al medio (pe. Comunicación o interacción social).
  • La Experiencia: Al igual que todo aprendizaje, depende directamente de las experiencias por las que atravesamos. Las experiencias pueden ser similares entre dos personas, pero no necesariamente el aprendizaje va a ser igual para ambos, esto se verá influenciado por la interpretación y utilidad que cada uno le otorgue. Por ejemplo, en el caso de gemelos muchas veces se encuentran expuestos a los mismos estímulos y experiencias, pero la percepción e interiorización de cada uno va a diferir en sus aprendizajes (sea positivo, neutro o negativo).

Ya hemos visto que es la plasticidad cerebral y los factores claves de los cuales depende, pero nos falta ver cómo ocurre. Básicamente la plasticidad se basa en el modo en que nuestras neuronas se conectan entre sí. Cuando un grupo de neuronas se activan juntas, estas tienden a comunicarse entre ellas. Cuando esta activación tiende a repetirse con una determinada frecuencia las neuronas no solo siguen en la transferencia de información, sino que tienden buscar un enlace más intenso y funcional. Esto lo vemos en la creación de ramificaciones neuronales que unen una neurona con otra y las vuelven físicamente más cercanas.

En cada aprendizaje que poseemos tenemos ciertas estructuras neuronales capacitadas o armadas para comunicarse entre sí y concretar la acción, por ejemplo, cuando montamos bicicleta tenemos una serie de neuronas encargadas de mantener el flujo de comunicación que hace posible la acción de pedalear y mantener el equilibrio.

Finalmente, es importante recalcar que así como existe la creación de estas vías de comunicación interneuronales también, éstas pueden desaparecer si es que se dejan de utilizar o si hay algún trauma (accidentes, lesiones o decisiones propias de no continuar con las actividades).

Lic. Mario Wong

Neuropsicólogo en Centro de Desarrollo humano Zueh

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